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Dicen que se puede conocer mucho de un lugar a través de su gastronomía. Así que, en este artículo, te animamos a adentrarte en los sabores de la isla.
Recomendamos empezar por el restaurante Salicornia, ubicado en la planta baja del hotel y a escasos metros de la playa, para que tanto los clientes como los que no lo son puedan comer con vistas al mar. Un espacio gastronómico con mucha personalidad que se nutre a diario del mejor pescado y marisco del sur de la isla. Nuestro Chef se encarga de poner en valor la cocina de pescado y producto del mar, ensalzando los sabores de la isla y aportando creatividad a las reversionadas recetas autóctonas: arroz seco, fideuá a la llauna con calamar y alioli de azafrán, pescado del día a la brasa son algunos de los platos que puedes encontrarte.
Muy recomendable también es probar la sobrasada mallorquina, un producto local muy especial que está elaborado, en su mayoría, por la familia Can Company. Situados en el interior de la isla, tienen decenas de cerdos negros autóctonos que viven en libertad entre campos y árboles frutales. Esta sobrasada puedes encontrarla en algunos de los platos del restaurante Salicornia como en los mejillones de roca en forma de emulsión o en el desayuno buffet en el espacio dedicado a comida local.
Las pastas tradicionales como la ensaimada y la coca de albaricoque son dulces típicos de la zona que forman parte de la dieta de todo mallorquín, así como los quesos artesanos y los embutidos como el botifarró o el camaiot. La mayoría de ellos, puedes encontrarlos en el desayuno del Hotel. Pero si estás pensando en llevar una ensaimada a casa, te recomendamos comprarla en la panadería Can Pons, situada en la misma Colònia de Sant Jordi a escasos metros del hotel que, de hecho, es la misma que encontrarás en el desayuno.
Como ingrediente gastronómico de la zona, destaca la Flor de Sal. Recomendamos visitar les Salines de Es Trenc, caminar entre imponentes y blanquísimas montañas de sal y descubrir cómo se cosecha de manera natural este producto tan preciado, hasta que se convierte en cristales de sal, los cuales los llaman flor de sal.